Amado fui
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Amado fui,
y llegó el otoño.
Caricia olvidada,
asombro inacabado,
recuerdos marchitos,
¿os devolverá el viento?
Estos últimos versos se perderán como hojas de árbol en otoño.
Amado fui,
y llegó el otoño.
Caricia olvidada,
asombro inacabado,
recuerdos marchitos,
¿os devolverá el viento?
Si me quitas un bello paisaje,
y el silencio de un campo vacío,
si me quitas un lento fuego,
y una conversación sosegada,
por mucho que me ofrezcas,
me estás dejando sin nada.
Recuerdos que se olvidan,
palabras que se lleva el viento,
sonrisas que no consuelan,
y una vida que se agota.
Sale el sol por tus cabellos,
en tu rostro está la luna,
en tu cuerpo el universo,
y en tu alma está el misterio.
Soledad mía, ¿eres amiga?,
¿o canto de sirena?
En tus brazos hay consuelo,
y paz y alegría,
y desarraigo, y pena.
Mi planta tiene raíces
que no viven en la tierra,
mi planta tiene raíces
que nadie quiere plantar.
Vuelve antigua pena mía,
vuelve a mi corazón vacío,
que echo de menos tu llanto,
¡cuán triste estoy sin tu pena!
Canta, canta, amiga mía,
no escondas esa alegría,
que el alba aun no despunta,
y mi pena así se engaña.
Se llevó mi alma el viento,
y la noche, mi valor,
con la luz se fue mi vida,
y en la sombra, mi perdón.
Espera, espera, mi amiga,
no corras, que ya se acabó,
mira mis manos torcidas,
que te ofrezco por amor.
La carga que llevas amigo,
es la pena que no tengo,
dame algún rato tu peso,
que aliviaré tu destino.
El anuncio de tu boca,
la sonrisa en tus labios,
la verdad en tus ojos,
y en tus manos, mi camino.
La mañana es mágica y amarga,
la mañana es promesa y pena,
la mañana es cálida y fría,
¡ay!, anuncia una nueva noche,
y la calma llora y la pena crece.
Me siento el último hombre,
el último de una vida,
una vida que no es mía,
y un camino que se pierde.